El miedo al fracaso es solo uno de los miedos comunes de los seres humanos.
¿Cuántas veces has tenido miedo en tu vida? Yo muchas. Podría hablar del miedo a la pérdida de mis padres en un accidente, del miedo por un examen de un master, en la carrera durante la final del Campeonato de Italia o de Cataluña donde competí como nadador, miedo a no lograr alcanzar algunos objetivo muy ambiciosos, a no ser capaz en algo, a ser juzgado por los demás, miedo a la enfermedad, a la muerte… estos pueden ser los más obvios. Pero si reflexionas, cada día en cada pequeña decisión se encuentra un miedo.
Pero los miedos están hechos para ser superados. Una vez que logras derrotar a uno, ya no te molestará más. Aparecerán otros nuevos, pero lo bonito es que debes ser consciente de que, si llegan, significa que estás creciendo. Algunos estudios explican que por naturaleza, a nivel biologico, el hombre no tiene miedo al fracaso porque solo nace con dos miedos: uno es el de los ruidos fuertes y repentinos y el otro es el de la caída en un grande vacío.
Dejando a un lado estos dos, todos los demás surgen del condicionamiento y las dinámicas sociales. El miedo surge frente a un obstáculo, un peligro probable, y así el cerebro emite dos respuestas, para luego elegir una de las dos.
Si vamos atrás en los años, en tiempos prehistóricos, encontramos que el miedo surgió cuando el hombre, después de salir de su cueva para ir a cazar, se encontraba frente al animal para matarlo para alimentarse, permitiendo así su supervivencia; En el instante en que se paraba frente a la presa, el miedo se desencadenaba en él y solo había dos reacciones posibles como respuesta: luchar o huir.
Hoy, independientemente de la evolución humana, podemos acordarnos del hombre prehistórico, porque cuando se activa un miedo, el cerebro emite las mismas dos respuestas de comportamiento: si decides pelear, es decir realizar una acción que puede traer un beneficio al ir contra el miedo, tienes la posibilidad de ganar y esto sucede a menudo. Si, por otro lado, decides huir, desafortunadamente será una opción de pérdida a priori, que hoy puede ser equivalente a una falta de crecimiento personal o profesional.
Hay dos tipos de miedos: el primero es «bueno» y es el que te protege y no te permite acciones sin sentido. Es el miedo por el que no te atreves a hacer acciones extremas que pueden causarte un daño físico o mental significativo. El miedo bueno es lo que te hace pre-ocupar, ocuparte primero, prepararte.
Sin embargo, el segundo tipo es el miedo limitante, el que te impide realizar una acción que podría brindarte beneficios. Se pueden encontrar muchos en esta categoría: entre los mas comunes, el miedo al fracaso y al juicio de los demás. En la sociedad actual, el fracaso es tan discriminado que cualquier persona, a pesar de no ser juzgada o criticada, no se arriesga. De hecho el miedo al fracaso nace exclusivamente desde una interpretación social y no real.
Puedo decirte que todas las personas que han tenido éxito, y enfatizo «todos», han pasado por uno o más «fracasos».
“Habré marcado 11 aros ganadores justo en la sirena y 17 veces más en menos de 10 segundos de la fin, pero en mi carrera he fallado más de 9.000 tiros. He perdido casi 300 partidas. Mis compañeros de equipo me confiaron el tiro decisivo 36 veces y me equivoqué. En la vida he fallado muchas veces. Y es por eso que al final gané todo.”
Michael Jordan
Fracasar significa crecer, aprender. Todo depende del significado que atribuyes al fracaso. Si crees que no has tenido éxito en tu intento, entonces te sentirás desmoralizado y por esta razón tienes miedo al fracaso, pero si crees que has experimentado otra forma, otro intento que te acerca al resultado, verás que tu estado de ánimo será diferente, te sentirás mejor y no tendrás tanto miedo.
Los mejores atletas, gerentes y empresarios han fracasado y no por ello no han podido llegar adonde querían; por lo contrario, crearon su gran experiencia gracias a todos sus fracasos.
Si fallas, tendrás nuevos detalles y una mayor conciencia que te permitirá re-alinearte hacia la ruta correcta. Comienza a extraer, dibujar, derivar una enseñanza por cada experiencia que vivas, incluso si te parece negativa. Cuando sientes que el miedo al fracaso comienza a invadirte, recuerda:
» Después de ser descartado por su equipo de baloncesto de la escuela secundaria, se fue a su casa, se encerró en la habitación y lloró: Michael Jordan
» No sabía hablar hasta que tenía cuatro años y sus maestros dijeron que no era muy listo: Albert Einstein
» Fue bajada de nivel en su trabajo como presentadora porque «no estaba hecha para la televisión»: Oprah Winfrey
» Fue despedido de un periódico por «poca imaginación e incapacidad para tener ideas originales»: Walt Disney
» A los 30 años, entró en una crisis depresiva después de ser despedido sin mucha explicación de la compañía que él mismo creó: Steve Jobs
Te dejo con un ejercicio muy potente para superar el miedo al fracaso.
Coge una hoja de tu libreta favorita o si eres un super digital, las notas en tu smartphone.
Escribe tres eventos que, en tu opinión, fueron fracasos e inmediatamente después escribe al menos tres lecciones por cada uno que puedes extraer y aprender de ellos.
Debería quedar algo así:
Evento 1 = Descripción del evento…
Lecciones que he aprendido:
1. Primera lección
2. Segunda lección
3. Tercera lección
Una vez hecho con el primer evento, lo repites con otros dos más, siguiendo el mismo esquema. Recuerda que el fracaso también puede ser un éxito si aprendemos algo de él.
No le tengas miedo al fracaso porque solo fracasarás cuando dejarás de intentarlo. Si sigues el ciclo de error-aprendizaje-intento, antes o después llegarás a alcanzar el resultado que tanto deseas.